Una tarta casera muy fácil de realizar y que le gusta a todo el mundo. Yo la hice en el cumpleaños de mi padre, al que por cierto le gusta mucho. No me digáis que no tiene una pinta buenisima. Y lo mejor de todo es que es muy fácil de preparar.
No es nada empalagosa ya que el contraste de la piña con la nata le de la un sabor especial.
Ingredientes:
2 botes de nata (Ermol)
1 bote pequeño de leche condensada
biscochos de soletilla
Piña en almíbar (1 o2 botes)
zumo de piña.
Preparación:
En primer lugar, batimos en un bol la leche condensada y la nata, para formar una nata cremosa, se puede poner azúcar si queréis, pero yo no lo hago ya que la leche condensada le aporta mucho dulzor. Posteriormente en un plato llano, vamos poniendo biscochos de soletilla mojados en zumo de piña, (yo también utilice el almíbar que venia en el bote de piña). Cuando tengamos una capa de bizcochitos, cubrimos con la nata que habíamos preparado y posteriormente con una capa de piña que previamente hemos separado en trocitos con un tenedor. Y así sucesivamente, vamos poniendo capas de biscocho, nata y piña según la altura que queramos darle a la tarta,terminamos un una capa de nata y decoramos al gusto. Yo puse cuatro capas y me ayude de un aro de metal redondo de un molde, para darle la forma que tiene y la ponemos en la nevera. Esta mejor de sabor al día siguiente.
